MARCELINO SANZ DE SAUTUOLA

DON MARCELINO SANZ DE SAUTUOLA1

                                             MARCELINO SANZ DE SAUTUOLA

Nació en Santander en junio de 1831. Realizó sus estudios en Santander, y a los 17 años terminó el bachillerato. Posteriormente estudió disciplinas relacionadas con la agricultura y la ganadería.

Era un gran apasionado del coleccionismo, fundamentalmente de curiosidades históricas y numismáticas y también de ejemplares de Historia Natural. Introdujo y cultivó  el eucalipto en Cantabria.

Pertenecía a una de las más importantes familias señoriales de Cantabria que, al igual que otras muchas de refinado abolengo,  tenían por costumbre residir durante el verano en el campo. Los Sanz de Sautuola eran propietarios de una espléndida finca en Puente San Miguel.

portada Puente San Miguel                                                   Finca Botín Puente San Miguel

Don Marcelino gustaba de realizar excursiones por las inmediaciones de la finca que efectuaba con extraordinario interés y rigor, obteniendo con ello unos resultados  muy satisfactorios y fructíferos que destinaba a engrosar sus colecciones.

En 1879 en una de sus salidas,  tuvo lugar el extraordinario y memorable acontecimiento de visitar y explorar una cueva que había sido descubierta por un cazador llamado Modesto Cubillas.

Iba don Marcelino acompañado en esta ocasión por su hija María, quien  ingenuamente le dijo a su padre ¡ Mira papá , bueyes pintados!.

Don Marcelino descubrió en aquel momento para toda la humanidad,  la Capilla Sixtina del Arte Cuaternario, es decir las  extraordinarias Cuevas de Altamira.

Este descubrimiento maravilloso, sufrió al principio de suspicacias e incomprensiones por parte de algunos científicos y eruditos que con rencorosas insidias no exentas de mezquindad y envidia,  negaban su verdadero valor.

No obstante, don Marcelino tuvo la satisfacción y el inmenso orgullo de ser el descubridor de esta maravillosa obra, recibiendo el apoyo de sus ilustres amigos don Juan Vilanova, académico y catedrático de la Universidad Central, don Eduardo de la Pedraja descubridor de las cuevas de Cobalejos en Piélagos y  la de la Fuente del Francés  cerca de Hoznayo, y del prestigioso científico cántabro don José  de Argumosa de gran autoridad y prestigio reconocido.

El rey Alfonso XII y sus hermanas también fueron visitantes y admiradores del extraordinario hallazgo.

Don Marcelino, falleció en 1888 sin  haber podido llegar a ver el reconocimiento pleno de su gloria por parte de toda la comunidad internacional, y de su  merecida entrada y permanencia en los anales de la historia como uno de los personajes que contribuyeron con su estudio y trabajo al descubrimiento de uno de los más extraordinarios tesoros de la humanidad: nuestras Cuevas de Altamira.

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